Israel se enfrenta a una nueva humillación militar en Líbano
El ejército israelí muestra una gran debilidad en los combates de cercanías
Lo que más sorprende de los ataques aéreos de Israel contra Líbano y, en especial, contra los barrios del sur de Beirut, no es que acabaran con una parte de los dirigentes de Hezbollah y sus instalaciones, sino que la organización libansesa siguiera habitando y utilizando los edificios, a pesar de la guerra abierta hace un año en Gaza.
La explicación, según la agencia Reuters, es que Hezbollah tenía un acuerdo de salvaguardia con Estados Unidos. No evacuó sus locales ni trasladó a sus dirigentes de las instalaciones porque creía que Estados Unidos impediría que Israel los atacara.
Hezbollah pecó de ingenuidad al creer que Estados Unidos respetaría el acuerdo. Israel se saltó las líneas rojas delimitadas por ambas partes. Los ataques israelíes contra los barrios del sur de Beirut acabaron con una parte de los dirigentes y “destruyeron las garantías diplomáticas”, según un comunicado del movimiento libanés.
Reuters subraya que la existencia del acuerdo se basa en contactos con ocho diplomáticos familiarizados con los esfuerzos de mediación encabezados por Washington, y entre ellos Francia y la ONU, así como con tres fuentes de seguridad cercanas a Hezbollah.
“Los funcionarios libaneses y Hezbollah ahora se preguntan si las garantías diplomáticas fueron transmitidas con precisión”, concluye Reuters ingenuamente.
Rusia advierte contra ataques a las instalaciones nucleares de Irán
Moscú ha expresado su “profunda preocupación” por los informes que sugieren que Israel podría atacar las instalaciones nucleares de Irán, dice el periódico ruso Kommersant.
Las relaciones entre Rusia e Israel, tradicionalmente cordiales, están a prueba una vez más. Moscú, que también mantiene un acuerdo estretégico con Irán, se posiciona como un actor clave en la desescalada. La advertencia rusa refleja el deseo de evitar una extensión del conflicto que podría tener consecuencias desastrosas.
Nikolai Surkov, investigador jefe del Centro de Estudios de Oriente Medio, analiza dos posibles escenarios en caso de una respuesta israelí contra Irán. El primero, considerado preferible, implicaría ataques “dirigidos” y “quirúrgicos” contra objetivos militares, similares a los llevados a cabo en la primavera. Este enfoque limitaría los riesgos y salvaría la cara de Israel.
El segundo escenario, más alarmante, pronostica un “choque” contra la infraestructura estratégica iraní, que podría incluir instalaciones nucleares. Una acción de este tipo, destinada a demostrar la superioridad militar israelí, conllevaría riesgos considerables de escalada regional e internacional.
El ejército israelí muestra una gran debilidad en los combates de cercanías
Dueños del terreno, Hezbollah demuestra una vez más su superioridad en el combate terrestre. Lo único que demuestra Israel es su poder aéreo para atacar a distancia. En cuanto amaga una incursión terrestre sufre grandes pérdidas, lo que marca una nueva humillación militar.
Lo que está sucediendo actualmente recuerda la derrota de 2006, cuando el ejército israelí, a pesar de su superioridad tecnológica, se vio obligado a dar marcha atrás ante la resistencia de Hezbollah.
Si los soldados israelíes están cómodamente instalados en sus tanques, sus aviones o incluso a los controles de drones armados, la realidad es bastante diferente cuando ponen un pie en el suelo. Los combatientes de Hezbollah acaban muy rápidamente con ellos en los combates directos.
Según las últimas informaciones publicadas por Stephanie Dekker, periodista de Al Jazira, actualmente radicada en Amman, además de tanques, en el sur de Líbano lo que hay son ambulancias para trasladar a los soldados israelíes muertos y heridos.
La situación de Israel en el sur de Líbano es crítica. La unidad “Egoz” apenas había recorrido 400 metros en tierras libanesas cuando tuvo que retroceder. Se trata del primer enfrentamiento directo desde el inicio de la operación terrestre de Israel.
Este nuevo revés se produjo un día después de otra humillación: un ataque iraní a su territorio, que reveló las fallas de sus sistemas de defensa antiaérea. La conclusión es que la superioridad tecnológica de Israel tampoco es tan evidente, al menos frente a Irán.
Hezbollah repele los intentos israelíes de invadir Líbano
El 1 de octubre el ejército israelí anunció la entrada de su ejército en la zona fronteriza del sur de Líbano. Varios dias después, no hay soldados israelíes en territorio libanés. Los intentos de avance de las tropas israelíes han rechazado por Hezbollah, dice Chowki Bu Nassar, el embajador libanés en Moscú.
“En cuanto a las operaciones terrestres, Israel está intentando avanzar, pero no está funcionando. Actualmente no hay soldados israelíes en territorio libanés. En los últimos tres días Israel ha intentado repetidamente entrar en algunas aldeas”, señala el diplomático.
Las tropas israelíes sufrieron grandes pérdidas durante los combates con el movimiento libanés. “El atacante se encontró con los combatientes de Hezbollah que estaban bien preparados para una operación terrestre de las FDI [ejército israelí]. El movimiento les causó enormes pérdidas. Hay muchas más bajas entre los soldados israelíes de las que se informan, es decir, 10 soldados muertos”, dijo el embajador.
Tel Aviv pierde terreno, no sólo militarmente, sino también en términos de credibilidad internacional. Cada día que pasa se muestra vulnerable frente a enemigos que no van retrocederá, como han demostrado. Mientras el mundo observa, las fallas del poderío israelí se vuelven cada vez más visibles, poniendo de relieve un Estado con muchas grietas en todos los frentes.
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